La Biblia tal y como la conocemos hoy, en sus numerosos idiomas, versiones y tamaños; es el sueño que muchos hombres de la historia no alcanzaron a ver hecho realidad. Hoy, hace 507 años Martín Lutero clavaría sus 95 tesis en la puerta de Wittenberg. Pero, este no fue un trabajo solamente de Lutero, un gran número de hombres previamente ya habían pavimentado el camino.
La primera traducción de la Biblia
John Wycliffe (1330-1384) un teólogo de Oxford, fue el primer hombre en hacer una traducción de la biblia al inglés, y más tarde llamado “la estrella de la mañana de la Reforma”. Wycliffe, fue en contra de la ley Católica Romana que consideraba la traducción de la palabra de Dios, a un lenguaje común y corriente como el Inglés: un acto de herejía digno de la pena de muerte.
A pesar de las dificultades y de que la imprenta no se había inventado aún (inventada en 1440) La versión en inglés de Wycliffe, fue manualmente copiada y distribuida alrededor de Inglaterra.
Aunque Wycliffe murió a causa de un derrame cerebral, en 1415 tres décadas después de su muerte, el Concilio de Constanza lo declaró hereje: se ordeno quemar todos sus libros y sus restos fueron exhumados y quemados. Así mismo, alrededor de 37 de sus seguidores, quienes seguían predicando acerca de su teología, fueron condenados a muerte. Todos estos sucesos llevaron a que se endurecieran las restricciones para la traducción de la Biblia a otros idiomas.
El Cisne de Hus
El legado de Wycliffe inspiró a muchos más a levantar su voz y a llevar la palabra de Dios a las personas comunes. Tal es el caso de Jan Hus, (1369-1415) quien ampliamente influenciado por Wycliffe; se atrevió a levantar su voz en contra del poder papal y las indulgencias. Valientemente empezó a predicar en el idioma natal de las personas en lugar de hacerlo en latín.
En 1415, Hus fue puesto en prisión y durante el juicio se le ordenó retractarse de sus enseñanzas a lo cual él se negó, por lo cual fue atado a una estaca rodeado de sus propios libros ardiendo en fuego, allí nuevamente se le pidió que se retractase de sus enseñanzas a lo cual él respondió: “Lo que enseñé con mis labios ahora sellaré con mi sangre”. Y mientras las llamas ardían y lo consumían, Hus cantaba. Cuenta la historia que cuando Hus fue sentenciado a muerte él exclamó: “Ahora pueden quemar al ganso (Hus siginifica ganso en Checo) pero dentro de 100 años se levantará un cisne que no podrán silenciar”; exactamente 102 años después Martín Lutero clavaría sus 95 tesis convirtiéndose en el cisne de Hus.
El legado de Tyndale
En paralelo al trabajo de Martín Lutero, William Tyndale (1494-1536) quien dominaba el griego y más tarde el hebreo; compartía la misma pasión de Wycliffe y Hus por llevar la palabra de Dios a las personas en su propio idioma.
En 1526, Tyndale terminó la traducción al inglés del griego del nuevo testamento; contrario a todas las demás traducciones que solo se hacían del latín. Aunque los libros de Tyndale fueron prohibidos; gracias al contrabando de libros que eran llevados desde Alemania a Inglaterra escondidos en costales de comida, la obra de Tyndale se distribuyó ampliamente. Lo que destacó a Tyndale en su traducción al inglés de la Biblia, más allá de usar los idiomas originales, fue la clase de inglés que usó; pues no era un inglés con términos complejos, sino que se parecía mucho más al dialecto cotidiano de las personas. A Tyndale se le acuña la inclusión de la palabra Jehová para el nombre de Dios en el antiguo testamento. Más del 80% de la traducción que hizo Tyndale se preservó en la versión King James. Todo el trabajo de Tyndale fue la base para: la gran Biblia publicada en Inglaterra en 1539 y la Biblia Geneva (la Biblia de la nación ) publicada en 1557, la cual vendió alrededor de un millón de copias entre los años 1560-1640. En octubre de 1536, a la edad de 42 años, la voz de Tyndale fue silenciada, fue estrangulado y quemado y sus últimas palabras fueron: “Señor, abre los ojos del rey de Inglaterra”.
Los inicios de la Reforma
Martín Lutero, fue el iniciador del movimiento denominado “la reforma protestante”. A lo largo de su historia, Lutero, luchaba por entender el perdón y la gracia de Dios, puesto que, en esos años la Iglesia Católica enseñaba que la salvación solo se alcanzaba por la buena moral del hombre y las buenas obras que este pudiera hacer. No obstante, también incitaba al pago de indulgencias por parte de los creyentes, haciéndoles creer que el perdón de pecados también podía pagarse con dinero. Lutero, empezó a revelarse ante todos estos controversiales comportamientos por parte de la Iglesia. Esta revelación vino luego de que entendiera por medio de las escrituras, que la salvación solo viene al hombre por la fe, y que el perdón de pecados es por gracia. Fue luego de algunos años de haber empezado su travesía de oposición a la iglesia Católica y al papado que, un 31 de Octubre de 1517 Lutero clavo sus 95 tesis en la puerta de la iglesia de Wittenberg, estas fueron originalmente escritas en latín, pero fueron rápidamente traducidas al Alemán; siendo así ampliamente distribuidas en toda Alemania, haciendo que las ideas reformadoras de Lutero fueran ampliamente adoptadas por la sociedad. Las 95 tesis, trataban principalmente de temas relacionados a la Iglesia Católica referentes a: la autoridad excesiva de la iglesia, su influencia en el gobierno, el pago de indulgencias, los abusos por parte de la iglesia, las riquezas de los papas; pero, también invitaba a volver a la palabra como única fuente de autoridad (Sola Scritura) y que la salvación solo venía por fe (Sola Fide). Estas ideas fueron revolucionarias en la época y marcó el inicio de la revolución protestante.
en 1518, un año después de la publicación de las 95 tesis, las ideas de Lutero ya se habían extendido por toda Europa; empezando a llamar la atención de las autoridades civiles y religiosas. En 1520, las enseñanzas de Lutero se declararon como herejía y Lutero recibió por parte del papa, una bula o documento oficial en donde se excomulgaba de la iglesia, recibiendo además un plazo de 60 días para retractarse de sus enseñanzas. La reacción de Lutero fue quemar la bula públicamente, dando un claro mensaje de que no sucumbiría ante el poder del papa.
En 1521, Lutero fue citado al concilio de Worms: en donde se le pidió nuevamente retractarse de sus enseñanzas. Como era de esperarse, él se negó nuevamente, pero dejó abierta la posibilidad de retractarse; solamente si lograban convencerlo de que sus ideas era erróneas, mediante el uso de la Biblia. Luego de este hecho, Lutero fue secuestrado por los soldados de Federico III y permaneció en el castillo de Wartbug por casi 1 año, durante ese tiempo, la iglesia al no saber del paradero de Lutero, lo declaró fugitivo y hereje. Sin embargo, fue durante ese encierro que Lutero tradujo el nuevo testamento al idioma Alemán.
A pesar de todos los esfuerzos hechos por la iglesia para erradicar las ideas de Lutero, estas se convirtieron imposibles de reprimir dada la amplia aceptación que tuvieron por parte del pueblo y por parte de algunos Reyes, quienes encontraron en estas ideas reformistas, una forma de librarse del poder que la iglesia ejercía sobre el gobierno.
Después de Lutero
Muchos fueron los personajes que se levantaron luego de Lutero para seguir con las ideas reformistas propuestas (Calvino y Zwingli, entre otros). Sin embargo, no todos estaban de acuerdo con todas las ideas que Lutero había expuesto. De aquí se desprenden diferentes teologías que luego se convertirían en las distintas doctrinas o denominaciones que siguen vigentes hasta nuestros días.
La reforma, no fue un hecho que se lograra en un solo día, esto tardó alrededor de 50 años. Después de lo que Lutero hizo, estos temas se siguieron discutiendo por varios años.
Solo por mencionar algunos logros de la reforma: por primera vez en la historia en el año 1555, en un evento denominado como “la Paz de Augsburg”, se estableció un marco legal para la coexistencia entre Católicos y Luteranos, reconociéndose así el Luteranismo como una religión. Además, se estableció que cada príncipe o gobernador podría escoger si su territorio era Luterano o Católico y se esperaba que sus habitantes siguieran la religión establecida. Todo esto a consecuencia de la Guerra de Esmalcalda (1546-1547) en donde el ejercito del Rey Carlos V se enfrentó contra el ejército de la Liga de Esmalcalda, formada por la mayor parte de los Estados luteranos del Sacro, en otras palabras, todo esto gracias a guerras libradas entre Católicos y Protestantes.
El regalo de la Biblia
La historia de la reforma no es nueva para nosotros. Cristo, vino al mundo para traer salvación a las personas, predicó la verdad acerca del Padre desafiando la autoridad de la iglesia. Como consecuencia, fue declarado hereje y condenado a muerte por sus enseñanzas. Pero a diferencia de todos los demás, ¡Cristo resucitó! y ésta resurrección fue el combustible que encendió la llama dentro de los apóstoles, quienes continuaron predicando el mensaje de Cristo, yendo en contra de la iglesia, sufriendo persecución y muerte.
Todo lo que vivieron Wycliffe, Jan Hus y Tyndale, entre otros, es solo la repetición de la misma historia. Y hoy, en pleno siglo XXI, vivimos en una sociedad que aunque ya no nos trata como herejes, si nos trata de lunáticos. Es una sociedad que quiere silenciar la verdad de Cristo, quiere atemorizarnos y entrenarnos en nuevas ideologías que cada vez están más lejos de lo que la Biblia dice. Esta, es una sociedad que aplaude defender cualquier pensamiento o ideología excepto la cristiana. Y esto solamente hablando de lo que pasa en occidente; en oriente la situación es muy distinta.
La historia no ha cambiado, la guerra no ha terminado. Aún quedan batallas por ganar. Algunas iglesias hoy, siguen abusando del poder y enseñando cosas que no son verdad. ¿Y, qué es lo peor de esta situación? no es que la gente no tiene acceso a la Biblia, no es que esté en un idioma extraño al nuestro; ¡es que tenemos la Biblia y no la leemos!
En los años 1.500 había hambre y pasión por leer la Biblia, por entenderla y por ponerla en obra; hoy, hay indiferencia. Se ha vuelto un libro normal y aburrido; leemos lo que nos conviene y lo entendemos a la luz de nuestros deseos, nos conformamos con leerla 5 minutos, un capitulo diario, o solo vemos lo que otro publica en redes sociales. Hoy, ya no nos preocupa como se hacen las traducciones, no nos interesa estudiar la Biblia, y mucho menos nos detenemos a analizar la manera como es enseñada en las iglesias. Hemos perdido algo muy valioso y no nos hemos dado cuenta.
Cada 31 de octubre, celebramos la reforma, y agradecemos por el regalo de tenerla en nuestro propio idioma. Pero, ese regalo se ha quedado envuelto, sin que tengamos la más mínima intención de abrirlo.